El viernes, día de oración para los musulmanes, estallaron protestas prodemocráticas en gran parte del mundo árabe que causaron muertos en Siria y Yemen mientras los egipcios protagonizaron una de las mayores manifestaciones desde la caída del presidente Hosni Mubarak. Las fuerzas de seguridad sirias mataron al menos a 17 manifestantes prodemocráticos y dos fallecieron por disparos en Yemen.
En la plaza Tahrir de El Cairo, centro espiritual del movimiento de protesta en el mundo árabe, una multitud demandó el procesamiento de Mubarak conforme aumentaba el descontento con el gobierno militar, mientras en Omán la fuerte presencia de fuerzas de seguridad evitaron una manifestación prevista tras las oraciones del viernes.
En Siria, las fuerzas de seguridad mataron al menos a 17 personas en la ciudad de Derá, según una fuente hospitalaria y un activista, mientras las protestas contra el presidente Bashar el Asad se reproducían en varias localidades, según testigos.
En el este, los kurdos se manifestaron pese a la oferta de esta semana de Asad de suavizar las normas que impiden que muchos de ellos obtengan la ciudadanía, según activistas.
Además, miembros de las fuerzas de seguridad abrieron fuego en Derá, donde las manifestaciones comenzaron el mes pasado antes de extenderse al resto del país, según residentes.
También estalló la violencia en Yemen, donde la oposición demandan la dimisión del presidente Ali Abdulá Saleh. Dos personas murieron por disparos y 25 resultaron heridos de bala en la ciudad de Taiz, en el sur del país, según fuentes hospitalarias.
Pero Saleh pareció rechazar cualquier aspecto de un plan de mediación de los países del Golfo con la oposición, cuyo objetivo sería poner fin a su mandato de 32 años.
"El pueblo yemení es libre de aceptar la mediación de sus hermanos y amigos, pero rechaza recibir órdenes o una intervención", dijo Saleh en un comunicado.
En otros lugares, el día de protesta fue más pacífico. Decenas de miles de egipcios acudieron a la plaza Tahrir para demandar el procesamiento de Mubarak y acusaron al Ejército de ser demasiado lento a la hora de eliminar la corrupción de su etapa en el poder.
La protesta del viernes fue en aumento y primera hora de la tarde, al menos 100.000 personas estaban en la plaza, indicando la frustración creciente con el Ejército, que ha disfrutado de un amplio apoyo desde que se hizo con el control del país.
"Es un fuerte mensaje de que la revolución no ha acabado aún y continúa y no se calmará antes de que se cumplan sus objetivos", dijo Hassan Nafaa, profesor de ciencias políticas y destacada figura del movimiento reformista.
En Omán, una fuerte presencia policial evitó manifestaciones tras las oraciones del viernes en la ciudad de Sohar, donde los manifestantes llevan acampados un mes antes de que las autoridades les expulsaran la semana pasada.
Se han creado puntos de control en toda la ciudad formados por decenas de vehículos blindados que bloquean los accesos a las zonas de protesta. Los nombres de los residentes fueron comprobados en una lista y el acceso a las mezquitas estuvo restringido, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona, según testigos.
Fuente : La Tercera 08.04.2011
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