Gabriela Blas, mujer aymara de 26 años, pastoreaba junto a su hijo Domingo, de 3 años, cuando fue a buscar unas llamas perdidas en las cercanías. Cuando volvió su hijo no estaba y solo pudo ser encontrado sin vida 2 años más tarde. Como resultado de esto la mujer fue detenida y mantenida en prisión preventiva durante 900 días consecutivos, presuntamente por representar un peligro para la sociedad. Finalmente fue condenada a 10 años de cárcel. Para los abogados defensores se trató de un lamentable accidente, puesto que era perfectamente homologable al caso de un niño que se ahoga en la piscina de su casa, sin que a nadie se le ocurra acusar a su madre de parricidio y abandono. Sin embargo, para el Fiscal se trató de gravísima conducta criminal. Bueno, aparentemente los jueces estuvieron de acuerdo.
¿Qué opina Ud.?
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