jueves, 21 de febrero de 2013

En España padre viola y mata a hija discapacitada.


Las incógnitas sobre la desaparición hace un año de una joven de nombre Verónica residente en la localidad lanzaroteña de Tinajo empiezan a descifrarse. Y es que los huesos humanos colocados en una bolsa de plástico, dentro de una mochila y colgados en un alpendre destinado a los aperos de labranza han movilizado a las fuerzas de seguridad para descifrar las incógnitas del caso que ha conmocionado a la sociedad canaria. Los testimonios de los vecinos y la propia historia personal de Verónica fueron decisivos para encajar las piezas del crimen.
Según ha podido saber ELMUNDO.es, los huesos depositados en la mochila podrían corresponder, a falta del informe definitivo del forense, a los de la joven Verónica que habría fallecido de un golpe en la cabeza propinado presuntamente por su padre para ocultar el embarazo de la joven como consecuencia de haberla violado primero.
Tras acabar con su vida, según fuentes de la investigación, su padre con la ayuda de su mujer y el encubrimiento de dos hermanastros la habrían descuartizado. Estos hechos se habría producido aproximadamente hace cuatro meses. La propia madrastra, natural de las Lagunetas, municipio de Tinajo, fue quien desveló a unas vecinas del pueblo el estado de gestación de Verónica al anunciarles que iban "a ser abuelos".
De todas formas, y a pesar de esa confesión, la relación del padre de la víctima y su segunda esposa con el vecindario siempre fue escasa. Los propios vecinos son quienes informaron de que hacía un año que no veían a la adolescente.
La vida de Verónica, que padece una discapacidad diagnosticada del 68%, ha estado marcada por los malos tratos. Su padre, natural del pueblo ourensano de Bande, vivió primero en Bilbao donde contrajo matrimonio con la madre de Verónica y su hermano. Al quedarse viudo se trasladó a vivir a Lanzarote y allí conoció a Carmen Delia que tenía tres hijos de una anterior relación.
Muy pronto comenzaron episodios de malos tratos contra los hijos. De pequeños presentaban en su cuerpo quemaduras de cigarrillo y les encerraban largos periodos de tiempo en el mismo lugar donde aparecieron los huesos. De hecho, el hermano de Verónica es quien indica a la Policía Nacional dónde podrían tenerla oculta.
En el año 2004 condenan al padre y a la madrastra a 6.000 euros de indemnización por la violencia ejercida contra los dos niños. Mientras son menores de edad, Verónica y su hermano, están en un centro de menores del que sale Verónica al cumplir los 18 años y regresa al domicilio de su padre, condenado por haberla maltratado.   

A pesar de esta circunstancia y de su discapacidad ni los tribunales de justicia ni los departamentos de servicios sociales arbitran ninguna medida para proteger a la adolescente. Tras el regreso, y según los testimonios de los vecinos, la joven trabaja en el campo, "la utilizan como criada" y durante 10 años no recibió ningún tipo de asistencia médica, además de tener su documentación personal caducada. Cuando alguien preguntaba por la joven la pareja aseguraba que se había escapado del centro de menores y que ellos desconocían su paradero.

El fallecimiento de la abuela materna de la joven y el llamamiento para participar del reparto de la herencia provocó que un despacho de abogados localizase al hermano de Verónica y acto seguido averiguasen el domicilio de la chica desaparecida.
Mientras prosigue la investigación, el padre está hospitalizado con vigilancia policial. El hombre padece una enfermedad en fase terminal. Por su parte, la madre y los hermanastros prestan declaración en la Comisaría de la Policía Nacional. Este viernes comparecerán ante Aurora García, la juez que investiga los hechos.
Fuente: elmundo.es 21.02.2013

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