viernes, 30 de diciembre de 2011

En Corea del Norte otros hablan por el nuevo "líder".

La muerte del dictador de Corea del Norte no cambiará nada. Así lo ha advertido Pyongyang este viernes a través de la agencia oficial, indicando que la política del nuevo líder supremo, Kim Jong Un, será igual que la de su padre.
"Declaramos solemnemente y especialmente a los estúpidos responsables políticos del mundo y a los fantoches de Corea del Sur, que no deben esperar ningún cambio por nuestra parte", ha aseverado la Comisión de Defensa Nacional en un comunicado.
Además, el país comunista, que ayer cerró los actos funerarios en honor del dictador Kim Jong-il, amenazó con "no entablar relaciones" con el Gobierno conservador surcoreano presidido por Lee Myung-bak.
Es el primer comunicado de Corea del Norte tras los 13 días de luto oficial decretados por Pyongyang por la muerte del líder y, según la agencia Yonhap, podría representar la futura orientación política del régimen comunista con respecto a la vecina Corea del Sur y a sus aliados.
La Comisión Nacional de Defensa, que remitió el despacho, es, según la Constitución del Corea del Norte, el máximo órgano rector de su ejército, que cuenta con 1,1 millones de soldados, y el que gestiona los asuntos militares en el país totalitario.
Decenas de miles de soldados y civiles norcoreanos se dieron cita ayer en Pyongyang junto a autoridades del Partido de los Trabajadores y del ejército para oficiar un memorial en honor de Kim Jong-il, en el que se proclamó a su tercer hijo, Kim Jong-un, "líder supremo" del país comunista.
Los discursos pronunciados durante el acto por el número dos del régimen, Kim Yong-nam, y por el general Kim Jong-gak apuntaron a que que el sucesor cuenta con el apoyo total de las Fuerzas Armadas y que su gobierno podría seguir la línea de "el ejército primero" implementada por su padre, que gobernó el país durante 17 años. Con esto ya está claro quien realmente manda el el país.
Fuente: elmundo.es

jueves, 29 de diciembre de 2011

Kim Jong Un un monigote del ejército norcoreano

El nuevo "líder supremo"de Corea del Norte Kim Jong Un, proclamado durante el funeral por la muerte de su padre,  el dictador Kim Jong Il, tiene menos de 30 años, falto de experiencia militar y política y una biografía apenas conocida por la propia población.
Kim Jong Un es un enigma para el mundo exterior y también en su propio país, que basa su gobierno en el culto extremo a la personalidad ( es decir, el endiosamiento del gobernante de turno) y guarda con celo cada pequeño detalle de la dinastía totalitaria que gobierna Corea del Norte con mano de hierro desde 1948.
El menor de la dinastía Kim se dio a conocer en el escenario político en septiembre de 2010, cuando fue nombrado por sorpresa general de cuatro estrellas del Ejército y vicepresidente de la poderosa Comisión Militar Central del Partido de los Trabajadores.
En ese momento apenas se conocía la existencia de este joven, al que el régimen decidió postular como sucesor de su padre, muy delicado de salud tras sufrir una apoplejía en 2008.
Para no hacerlo parecer tan joven, Pyongyang podría haber "adelantado" la fecha de su nacimiento, que hasta ese momento se calculaba en torno a 1984.
Nieto del "eterno presidente" y fundador de Corea del Norte, Kim Il Sung, e hijo de la segunda mujer de su padre, Ko-Young Hee, una ex bailarina que falleció de cáncer en 2004, el joven Kim encarna la tercera generación de la única dinastía que de comunista no tiene nada, salvo el nombre.
Según algunas fuentes próximas al régimen, el nuevo líder estaría casado desde 2010 con una joven estudiante norcoreana de unos 20 años y habría tenido una hija con ella ese mismo año.
De altura similar a su padre, cerca de 1,68 metros,  y visible sobrepeso, los pocos detalles de la personalidad que se tienen de Kim Jong Un lo describen como un amante del baloncesto y las películas de acción, que habla inglés, alemán y francés y probablemente bastante bueno para comer.
Lo que parece seguro es que Kim Jong Un, licenciado en 2007 en la Universidad Militar Kim Il Sung, muestra sobre el papel un perfil más cultivado que su padre y abuelo, al haber acudido durante su adolescencia a un colegio de Berna (Suiza), escudado tras un pseudónimo, y regresar a Pyongyang en torno al año 2000.
El nuevo comandante norcoreano se impuso a sus hermanos en la línea sucesoria después de que el primogénito, Kim Jong Nam (que actualmente tiene unos 40 años), quedara descartado tras ser descubierto al intentar entrar a Japón con un pasaporte falso para visitar el parque de atracciones de Disneylandia en Tokio.
Por su parte, el segundo en la línea sucesoria, Kim Jong Chul, que se cree tiene uno o dos años más que Kim Jong Un, fue considerado por su padre, según algunas versiones, demasiado afeminado para liderar el país.
Tras recibir importantes rangos militares y dentro del Partido en 2010, comenzó a aparecer en actos oficiales al lado de su padre y desde entonces, el régimen comunista no ha dejado de allanarle el camino para la sucesión.
El 19 de diciembre, el mismo día en que se anunció la muerte de su padre, Kim Jong Un fue proclamado "gran sucesor" del régimen dictatorial por los medios estatales del país.
Sin embargo, su inexperiencia en el momento de hacerse con el control del Estado contrasta con la de su abuelo y también con la de su padre, preparado durante dos décadas para la sucesión y que casi le doblaba en edad cuando accedió al poder con 52 años en 1994.
El joven llega al poder como una incógnita, ya que se desconoce si gobernará a través de una regencia militar hasta que se afiance o si asumirá todos los poderes dentro del partido único y el Ejército, algo que le costó a su padre tres años conseguir tras morir el primer líder de la estirpe, Kim Il Sung.
Tanto misterio despierta gran intranquilidad entre sus vecinos, puesto que el joven se hará cargo de un país imprevisible y con potencial atómico.
En cualquier caso, el apoyo mostrado por el Ejército en los discursos pronunciados en el memorial que puso punto final al luto por la muerte de su padre, fallecido el 17 de diciembre, parece indicar que las Fuerzas Armadas podrían jugar un papel central en su Gobierno, como ya lo hicieron durante el mandato de Kim Jong Il, lo que aparentemente estaría fuera de toda duda.
El joven deberá aclarar la dirección de la política internacional de Pyongyang, después de que en los últimos meses hubiera intentos de acercamiento con EEUU y la vecina Corea del Sur encaminados a una posible reanudación del diálogo a seis bandas, estancado desde 2008, para la desnuclearización del país comunista.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Patético funeral del dictador norcoreano Kim Jung Il.

Esta mañana comenzaron los funerales del líder norcoreano Kim Jong Il en Pyongyang, la capital del país. Pese a la nieve y las bajas temperaturas, miles de personas salieron a las calles para despedir a su líder. Se informó que la asistencia a los funerales del "amado líder" era obligatoria.

El cortejo fúnebre, encabezado por el sucesor Kim Jong Un, salió desde el Palacio Memorial de Kumsusan, hasta la céntrica Plaza Kim Il Sung, donde esperaba una multitud en la explanada y graderías especialmente instaladas para la ceremonia.

El cuerpo de Kim Jong Il estaba envuelto en una bandera del Partido de los Trabajadores ( ¡hay que ser muy cara de palo!) y colocado sobre una cama de crisantemos blancos en el techo del vehículo, precedido por otro que llevaba una enorme imagen- muy retocada - del líder sonriente y en el traje militar, el cortejo iba escoltado por un pequeño grupo de militares y oficiales.

La televisión estatal de Corea del Norte ha emitido en directo el desfile, durante el que los presentadores recordaron, entre lágrimas y gestos compungidos, los logros del "querido líder" y ensalzaron a su hijo y sucesor.

Entre las consignas de los locutores destacaron elogios como, "era el padre del viento que sopla ahora en Pyongyang, y lo hemos perdido". Por su parte, una campesina gritaba frente a las cámaras de televisión "Comandante, no se vaya", en referencia al cargo de comandante supremo de las Fuerzas Armadas que ostentaba Kim. Asimismo, se apreciaba una multitud llorando a gritos, militares perdiendo la compostura gritando de dolor y toda otra serie de lloriqueos sin ninguna lágrima lo que me recordó a las antiguas plañideras - que recibían pago - que acompañaban antiguamente los funerales de las personas a las que - aparentemente - nadie quería pero que mucho lloraban. Mi impresión es que el pueblo norcoreano efectivamente llora...pero de alegría.

A los funerales del monarca comunista no asistió ninguna delegación internacional, salvo la de Corea del Sur, lo que demuestra el gravísimo aislamiento internacional que tiene el régimen.