lunes, 7 de mayo de 2012

Protestas en Rusia por repartija del poder de Putin y amigos.




Unas 120 personas han sido detenidas en el centro de Moscú, según la policía, este lunes mientras se iniciaba la ceremonia de toma de posesión de Vladímir Putin en el Kremlin. Los detenidos son participantes de una acción pacífica de protesta que luciendo prendas de color blanco indicaban su oposición a Putin, que asume este lunes por tercera vez el cargo de presidente. Entre los arrestados está el ex primer ministro y líder opositor Borís Nemtsov. 
Putin salió de la Casa Blanca, la sede del Gobierno, queriendo indicar aparentemente que había estado trabajando por la mañana, para dirigirse al Kremlin en una comitiva que cruzó la calle de Novi Arbat completamente desierta después de que la policía y las fuerzas de seguridad hubieran limpiado totalmente el centro. El canal de televisión Dozhd mostraba imágenes de ambos escenarios, las calles donde actuaban las fuerzas antidisturbios y el Kremlin engalanado y preparado para una ceremonia ecléctica con elementos históricos y modernos.
Los detenidos "serán puestos en libertad después de una conversación aleccionadora" en las comisarías, según el portavoz de la policía moscovita, citado por la agencia Interfax.
El domingo, en Moscú, entre 400 y 600 personas fueron detenidas tras enfrentamientos entre las fuerzas antidisturbios y los manifestantes que se dirigían a un mitin contra Putin. El mitin, autorizado por el ayuntamiento, no pudo llegar a celebrarse debido a los disturbios.
Al iniciarse la marcha, un fotógrafo pereció al caerse de un sexto piso cuando intentaba realizar su trabajo. Las autoridades rusas han iniciado una investigación criminal por "desórdenes públicos".
Porras, puños, adoquines, piedras, botellas, y hasta gases lacrimógenos y cócteles molotov fueron utilizados el domingo como armas en unos enfrentamientos que contrastan con las protestas pacíficas para exigir elecciones limpias, que tuvieron lugar desde diciembre de 2011 hasta marzo pasado. Entre los detenidos estaban varios líderes de la oposición, entre ellos el bloguero Alexéi Navalni, al que los agentes se llevaron agarrado de brazos y piernas; Serguéi Udalzov, del Frente de Izquierdas, al que la policía detuvo directamente en el escenario al que había conseguido llegar, y el exvicepresidente de Gobierno Borís Nemtsov, obligado también a bajarse de una improvisada tribuna. Dmitri Peskov, el secretario de Prensa de Putin, opinó que la “policía fue muy blanda” y afirmó: “Yo, como moscovita, quisiera que hubiera sido más dura. "Vladímir Putin, dijo, está al corriente de los acontecimientos. Simultáneamente a los disturbios, en otra parte de la ciudad —la plaza Poklónnaia— los seguidores de Putin y los simpatizantes del Frente Popular apoyaban a su líder mientras contemplaban un espectáculo de música y canciones que fue convocado como contrapunto al mitin de la oposición.
“Tengo la impresión de que se acaba la época de las cintas blancas y comienza una época totalmente distinta y un escenario de enfrentamiento armado entre dos partes con puntos totalmente distintos”, dijo Txenia Sobchak, la activista de oposición y ahijada de Vladímir Putin.
Para sorpresa incluso de sus propios organizadores, al mitin contra Putin, convocado en la plaza de Bolótnaia, acudieron entre 8.000 y 20.000 personas (según datos de la policía o de los organizadores respectivamente), muy por encima de las 5.000 que habían sido autorizadas. Más de un centenar habían llegado de San Petersburgo en un viaje lleno de peripecias que las fuerzas del orden público intentaron abortar.
Un despliegue impresionante de policía y las fuerzas antidisturbios con cascos, chalecos y porras esperaban a los manifestantes en los accesos de la plaza Bolótnaia, a la que solo se podía llegar tras una larga marcha jalonada de múltiples controles y por lo menos tres arcos de seguridad. La plaza había sido además dividida en sectores para limitar el número de manifestantes. El resultado de tanto obstáculo y celo por parte de la policía fue un atasco humano. Entonces, Serguéi Udalzov y otros de sus seguidores se sentaron en el suelo frente a los cordones policiales y una parte de los manifestantes trataron de romperlos.
Siguieron golpes indiscriminados, heridas, sangre, desmayos y sofocos y escaramuzas que se prolongaron hasta las ocho de la noche, cinco horas después de la hora en que debía haber comenzado el mitin. Con la mano herida y los pantalones desgarrados, el sociólogo Dmitri Orezhkin opinó en los estudios del canal Dozhd que la violencia era el producto de una doble provocación, por parte de las fuerzas del orden público y por parte de los izquierdistas. El sociólogo vaticinó que la policía será más dura en el futuro. Por su parte, Vladímir Lukin, el defensor del pueblo, expresó su temor a una radicalización de la vida política e invitó a recordar la historia rusa y los sucesos que precedieron a la revolución de Octubre en 1917. El diputado de la Duma Estatal de Rusia (la Cámara baja del parlamento) Iliá Ponomariov dijo a su vez haber visto provocadores, presuntamente de las unidades contra el terrorismo, que habían actuado de paisano entre los manifestantes.
La multitud intentó formar barricadas con las cabinas de aseo instaladas en la plaza y volcó varias decenas de ellas. Los periodistas recibieron también golpes y palos, y un policía de paisano arrojó el móvil de un corresponsal al rio Moscova, donde al final de la jornada policías en barca recogían los cascos que flotaban en el agua.

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