jueves, 10 de mayo de 2012

En Argelia el pueblo cree que las elecciones son un tongo.


“Por el cambio”, rezan los folletos de propaganda con el rostro de varios candidatos esparcidos en el suelo de la cafetería adyacente al colegio electoral de la escuela de Foujerou, en el barrio de Bouazareah de Argel. “Querrán decir más bien por su enriquecimiento”, comenta en voz alta un cliente y todos ríen de buena gana mostrando su aparente desafección por la consulta. Ninguno de los varones allí sentados tenía la intención de votar.

Los argelinos eligieron, a través de un sistema proporcional en el marco de la circunscripción, a 462 diputados de la Asamblea Nacional Popular que deberá enmendar la Constitución. El antiguo partido único, el Frente de Liberación Nacional (FLN), que lleva medio siglo gobernando, y la coalición islamista moderada Alianza Verde, recientemente creada, son los favoritos.Como en anteriores elecciones no hubo ayer gran afluencia en los colegios electorales de la capital de Argelia, pese a que a las legislativas concurren más partidos que nunca (44) y que el Gobierno no ha ahorrado esfuerzos para incitar a los 21,6 millones de argelinos inscritos en el censo a votar.
Fouzia, miembro de la comisión de magistrados que supervisa los comicios, reconocía en los pasillos semidesiertos del colegio Foujerou “que había poca gente” a media mañana. “Confío en que vengan por la tarde, sobre todo las mujeres”, comentó. Aunque la jornada era laborable, los funcionarios tuvieron el día libre.
“Si, claro, esto no es Túnez, donde la gente se agolpaba ante las puertas de los colegios media hora antes de que abriesen”, constataba el eurodiputado italiano Antonio Panzeri que co preside la delegación del Parlamento Europeo desplazada a Argelia. Túnez celebró en octubre sus primeras elecciones democráticas.
Ni siquiera los escasos compromisarios de los partidos sentados frente a las mesas electorales parecían interesados por lo que allí sucedía. “Soy militante de un día y porque me pagan 100 dinares” (10 euros), explicaba en Bologuine, otro barrio de Argel, Ahmed, un joven estudiante que representaba al FLN. “Y, por cierto, no voy a votar”.
En una sala contigua, Fátima, cubierta con un pañuelo que no dejaba al aire ni un pelo, escrutaba la votación con atención. “El dinero que me paguen es lo de menos, estoy aquí por convicción”, repetía ante el periodista. Esta estudiante de filología germánica era compromisaria de un partido islamista.
El pronóstico de la magistrada Fouzia parecía confirmarse a medida que avanzaba la tarde. A las 17h.30 la participación había alcanzado, según Interior, el 34,95% aunque en Argel y la reivindicativa región de Cabilia era inferior al 25%. En círculos gubernamentales se confiaba en que, al cierre de los colegios, sería del 45%, un 9% más que en las legislativas de 2007. Para conseguirlo varios gobiernos civiles anunciaron que retrasaban el cierre de los colegios previsto a las 19h.
Ese incremento del voto, si se confirma, supondrá un aval a las reformas emprendidas por las autoridades argelinas desde abril del año pasado y un estímulo para las que proyectan empezando por la reforma de la Constitución. Es su manera de intentar sintonizar sin traumas con los grandes cambios que experimenta el mundo árabe.
Fuente: elpais.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario