El 19 de septiembre de 1973 Pablo Neruda fue trasladado en ambulancia desde Isla Negra a la Clínica Santa María de Santiago. Afectado de cáncer a la próstata, la salud del poeta se había agravado tras el golpe militar. En la ambulancia lo acompañaba su mujer, Matilde Urrutia, y era escoltado por su Fiat 125 blanco, conducido por su chofer, Manuel Araya. Este acompañó a Neruda en la clínica hasta el día de su muerte, el 23 del mismo mes. Casi 40 años después, Araya afirma que el Nobel fue asesinado por agentes del régimen militar.
Así lo aseguró en una entrevista publicada por la revista mexicana Proceso. Según cuenta, el poeta se encontraba bien e iba a exiliarse en México el 24 de septiembre. Sin embargo, un día antes habría recibido una inyección en el estómago, la que le habría ocasionado la muerte. El ex chofer dice que Matilde Urrutia no habría querido iniciar acciones legales, por temor a perder sus bienes.
La versión de Araya no concuerda con la de amigos y biógrafos del poeta, desde Hernán Loyola a David Schidlowsky. Darío Oses, jefe de la biblioteca de la Fundación Neruda, apunta que murió producto del cáncer. Jaime Quezada, director de los talleres de poesía de la fundación, tampoco da crédito al chofer. "Además de su propio mal, Neruda estaba anímicamente muy afectado y eso debe haber influido en su muerte".
Fuente: proceso.mx
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