jueves, 11 de julio de 2013

En Brasil negligencia médica causa la muerte de 3 transplantados.

Tres pacientes que recibieron un hígado y dos riñones de una mujer
muerta el 10 de junio de 2013 en el Hospital Municipal Souza Aguiar,
de la ciudad de Rio de Janeiro, víctima de un accidente de tráfico,
murieron días después de los trasplantes, con una infección
generalizada. Los equipos médicos que participaron en los
procedimientos en tres hospitales diferentes no creen que sea por
fatalidad.

Pruebas llevadas a cabo en pacientes y el líquido en el que se
transportaba un riñón señalaron el mismo microorganismo, _Klebsiella
pneumoniae_ productora de carbapenemasa (KPC), resistente a casi todos
los antibióticos. En el informe firmado por el médico que colectó los
órganos del donante, es más alarmante: la inspección mostró presencia
de líquido en la cavidad, de aspecto sero-purulento. A pesar de haber
observado pus, indicativo de infección bacteriana, el médico continuó
con el procedimiento retiro de los órganos y no habría reportado el
hecho a los 3 equipos transplantadores.

La donante estuvo hospitalizada aproximadamente 2 meses en la UCI del
Hospital Souza Aguiar. Los pacientes con largas temporadas unidades de
cuidado intensivo tienen grandes posibilidades de ser colonizados por
una bacteria multiresistente obtenida en ese medio ambiente. Este solo
hecho ya era una señal preocupante. Exámenes de rutina son llevados a
cabo en la institución receptora para identificar a los pacientes
colonizados por estas bacterias, dijo Julius Noronha, médico del
Hospital Federal Bonsucesso (HFB), donde un hombre recibió uno de los
riñones y falleció 7 días más tarde.

Sobre la paciente que murió después del trasplante de hígado, el
Director médico del Hospital Adventista, afirmó en una nota oficial
que lamenta lo ocurrido. Según él, el hígado que fue recibido por el
cirujano del equipo llegó con las pruebas serológicas y funcionales
correspondientes, las cuales fueron aprobadas en perfectas
condiciones, generando excelentes perspectivas para la cirugía y el
paciente indicado para recibirlo. Gusmão también dijo que durante el
proceso, fueron totalmente seguidos todos los protocolos previstos en
las normas internacionales.

Médicos especializados en trasplantes, que prefirieron no ser
nombrados, explicaron que el equipo que practica la captación de los
órganos tiene la obligación de analizar el registro clínico del
donante, verificar si hay infección e Informar todo esto a los
equipos de realizan los trasplantes. A través de tales informaciones,
los trasplantadores deciden si aceptan o no el órgano.

No hay tiempo para llevar a cabo y esperar el resultado de los
exámenes de cultivos del órgano que es recibido. Tenemos que confiar
en los datos del equipo de captura explicó uno de los médicos.

En el caso del riñón, el órgano es transportado dentro de tres bolsas
estériles, una dentro de la otra y conservado en el llamado líquido
de perfusión, que mejora sus condiciones para el trasplante. El riñón
sólo es sacado de la bolsa cuando se implanta en el paciente. De esta
manera, los estudios que reportaron la bacteria KPC del líquido de
perfusión indican que los órganos donados traían el microorganismo que
cobró la vida de los tres pacientes trasplantados.
Fuente: PROMED- ESP 08.07.2013

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