miércoles, 7 de agosto de 2013

Japón pone cautela en la vacuna contra la papilomatosis.

La misma semana en que el gobierno de Estados Unidos anunció que haría
esfuerzos por incrementar la tasa de vacunación contra el Virus del
Papiloma Humano entre las adolescentes, el Ministro de Salud, Trabajo
y Bienestar de Japón enviaba un mensaje totalmente contrario a sus
funcionarios: no suspender la vacunación pero tampoco promoverla.

La inesperada cautela de los japoneses frente a un tratamiento que
hasta ahora ha demostrado ser altamente efectivo en la prevención de
una de las principales causas de muerte entre mujeres, el cáncer de
cuello uterino, tomó por sorpresa a los médicos, padres de familia,
fabricantes de la vacuna y a expertos en general.

“Esta decisión no significa que la vacuna en si misma sea problemática
desde un punto de vista de seguridad”, dijo Mariko Momoi, una de los
expertos comisionados para resolver la controversia provocada por
reportes sobre posibles efectos adversos generados tras la aplicación
de la vacuna: “Investigando podremos ofrecer información que permita a
las personas sentirse más tranquilas”.

Según un reporte del periódico Japan Times, hasta diciembre de 2012
Japón había promovido un masivo plan de vacunación llegando a
inmunizar contra el virus del papiloma humano a 8.29 millones de
personas. Y hasta marzo de 2013 las autoridades habían recibido 1968
reportes de efectos adversos. De estos, 106 fueron catalogados como
casos serios de dolor, convulsiones y dificultad para caminar.

Los efectos adversos son comunes en cualquier tratamiento médico. La
diferencia está en la cantidad y gravedad con que se presenten. De
acuerdo con las cifras que hasta ahora han sido divulgadas en medios
japoneses, el riesgo de efectos adversos es de 12.8 casos por cada
millón de inoculaciones. De confirmarse y resultar cierta, esta cifra
sería mayor a la que se presenta con la aplicación de una vacuna como
la influenza (0.9 casos por cada millón) o la dela polio (2.1 casos
por cada millón). Y mucho menor que los casos que se presentan con la
vacuna contra la encefalitis (26 casos por millón).

Tan pronto se conoció la decisión del gobierno japonés, voceros del
laboratorio Merck, uno de los dos fabricantes de la vacuna (Gardasil),
negaron que hasta ahora se haya establecido una relación causal entre
la vacuna y los síntomas que han presentado las personas vacunadas,
pero reconocieron la ansiedad que provoca una situación como esta
entre la población: “continuaremos colaborando con las autoridades
para monitorear y verificar los datos que permitan reasumir la
promoción de la vacunación contra el virus del papiloma”. El otro
laboratorio fabricante es GlaxoSmithKline (Cervarix) quien señaló que
no existe evidencia sobre dolores relacionados con la utilización de
su producto.

La razón por la que los gobiernos han impulsado activamente la vacuna
es porque ha demostrado una alta efectividad en la prevención del
cáncer de cuello uterino. Un estudio del Centro para el Control y
Prevención de Enfermedades de Estados Unidos mostró una reducción de
la infección por el virus de 56% entre adolescentes de 14 a 19 años.
Raúl Murillo, director del Instituto Nacional de Cancerología de
Colombia dice estar sorprendido con el anuncio de los japoneses pero
advirtió que hasta ahora ningún otro sistema de vigilancia, ni en
Europa ni en Estados Unidos, ha enviado alertas sobre el uso de la
vacuna. “Ningún ensayo clínico ha mostrado una tasa de eventos
adversos que justifique la suspensión de la vacunación”, explicó
Murillo.

Para el médico e investigador colombiano la vacuna contra el virus del
papiloma humano ha estado desde el principio rodeada de polémica. En
primer lugar, se trata de una vacuna que hasta el momento la
Organización Mundial de la Salud recomienda aplicar sólo en mujeres
mientras todas las otras vacunas se aplican por igual en hombres y
mujeres. Una segunda particularidad, es que está indicada en niñas
preadolescentes y adolescentes antes del inicio de su actividad sexual
lo que despierta algunos tabúes sociales. “Es normal que haya
reacciones políticas, religiosas y sociales. Que cada uno vea una
oportunidad para batallar contra la vacuna”, concluyó Murillo sin
antes advertir que por ahora es difícil cualquier opinión hasta que no
se conozcan datos confiables.

Para Gloria Inés Sánchez, investigadora de la Universidad de Antioquia
y directora del grupo Infección y Cáncer, “los efectos adversos que se
han presentado con esta vacuna no son distintos a los de otras
vacunas”. Insistió en que hasta ahora ninguna autoridad de salud
confiable, como la Organización Mundial de la Salud o el Centro para
el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos ha enviado
ninguna señal de alarma.

La investigadora colombiana recordó que esta vacuna diseñada para
prevenir una enfermedad de trasmisión sexual ha despertado la
suspicacia de muchos grupos religiosos: “Estos grupos han sido muy
exitosos en propaganda. Tiene dinero. Han hecho fuerte lobby”.
Uno de estos grupos que batalla contra la aplicación de la vacuna es
la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma
(http://www.aavp.es/inicio/). En su portal se autodeclaran como “una
asociación sin ánimo de lucro que tiene como fin trabajar por una
asistencia médica digna para las personas afectadas por los efectos
adversos de la vacuna del papiloma humano”. Una rápida visita de la
página permite descubrir su influencia religiosa más que científica.
Fuente: PROMED 07.08.2013

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