martes, 16 de octubre de 2012

Referendum decidirá la independencia de Escocia.


El primer ministro británico, David Cameron, y el ministro principal de Escocia, Alex Salmond, han firmado en Edimburgo el histórico acuerdo sobre el referéndum de independencia escocesa, cuya celebración está prevista para antes de que termine 2014 y contendrá una única pregunta: si se está o no a favor de que Escocia abandone el Reino Unido. La decisión será vinculante y además, las dos partes han acordado ampliar la edad de voto y hacerla a partir de los 16 años, dos años por debajo de la edad legal para votar en todo el territorio británico. 
El acuerdo, que establece los términos para que el Parlamento de Escocia pueda organizar el plebiscito, fue suscrito por los dos políticos en la llamada Casa de St. Andrews, sede del Gobierno autonómico escocés. La firma de este pacto dará paso a la decisión constitucional más importante que tomarán los escoceses desde la llamada Acta de Unión de 1707, por la que Escocia está unida a Inglaterra.
El Gobierno central permitirá que el Parlamento escocés tenga en esta ocasión el poder para hacerse cargo de los aspectos legales del referéndum, ya que en virtud de la Ley de 1998 que dio paso a la autonomía escocesa cualquier cambio constitucional es competencia directa del Parlamento de Westminster (Londres)Así, el Parlamento de Holyrood deberá aprobar la legislación competente que establezca la fecha del plebiscito, el contenido de la pregunta y cómo será la campaña por el referéndum.
Los nacionalistas han programado la votación para que coincida con el 700 aniversario de la Batalla de Bannockburn, cuando las fuerzas escocesas lideradas por Robert  Bruce derrotaron a los invasores ingleses. El primer ministro, David Cameron, se opone a la iniciativa escocesa, argumentando que Gran Bretaña es más fuerte junta. Pero Londres está de acuerdo en que depende de Escocia decidir su futuro por sí misma en una votación.
"El acuerdo verá a Escocia dar un paso importante hacia la independencia, y los términos para crear una Escocia más justa y más próspera", dijo Salmond antes de la reunión. "Espero con expectación trabajar positivamente para un voto por el sí en 2014".
Escocia ya tiene muchas de las características de una nación independiente, como su propia bandera, sistema legal, selecciones deportivas así como una identidad nacional característica tras siglos de rivalidad con su vecino del sur. Londres argumenta que con la independencia Escocia - donde residen unos cinco millones de personas - lo tendría difícil para cumplir sus metas, ya que el grueso de su financiación procede de una concesión de 30.000 millones de libras (unos 37.000 millones de euros) del Gobierno de Reino Unido.
Pero uno de los asuntos más contenciosos es la propiedad de unos 20 millones de barriles de petróleo y de reservas de gas bajo la parte británica del mar del Norte. Gran Bretaña también está preocupada por el futuro de su flota nuclear submarina, cuya base está en Escocia. Salmond ya ha dejado claro que no quiere armas atómicas en su territorio tras la independencia, así que trasladar la flota a otro lugar sería costoso y llevaría tiempo.
Muchos escoceses no están convencidos. Las encuestas de opinión muestran que sólo entre el 30% y el 40% apoyan la independencia, una cifra que ha cambiado poco mientras las negociaciones se intensificaban.
La independencia consiste en que Escocia abandone Reino Unido, se convierta en un estado separado, asumiendo todas las cargas y riesgos que van con eso y perdiendo los beneficios y oportunidades que tenemos como parte de Reino Unido", dijo el secretario del Estado británico para Escocia, Michael Moore, a la BBC la víspera de la reunión en Edimburgo.
Escocia e Inglaterra han compartido monarca desde 1603 y han estado bajo el gobierno de un único parlamento en Londres desde 1707. En 1999, por primera vez desde entonces, se creó un parlamento descentralizado tras un referéndum."Cuando miramos a la economía, a defensa, a nuestro lugar en el mundo, a todos esos grandes asuntos, la gente de Escocia continuará apoyando que Escocia esté en Reino Unido", añadió.
Ambas partes han guardado silencio sobre los contenidos del acuerdo final y existe mucha intriga y especulación alrededor de asuntos sensibles como la pregunta que aparecerá en la papeleta del referéndum. Se espera que Salmond haya aceptado la demanda de Londres de que sólo haya una pregunta directa "dentro o fuera" sobre si los votantes quieren ser parte de Reino Unido. Previamente había hecho campaña para una segunda pregunta sobre si debería dársele más poderes a Escocia.
Fuente: vanguardia.com

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