El artista disidente chino, Ai Weiwei ha lanzado un nuevo ataque mordaz al Gobierno chino acusándole de pisar los derechos básicos de los ciudadanos. Ai, cuya detención a finales de junio levantó una ola de condenas internacionales, declaró en una columna publicada por Newsweek magazine, que "Pekín es la ciudad de la violencia". El artista denunció además la corrupción de los políticos, del sistema jurídico y de las políticas migratorias.
Ai, liberado a finales de junio tras 81 días de detención, declaró que "cada año millones de personas vienen a la capital para construir puentes, carreteras y edificios. Son los esclavos de Pekín". Y añadió: "Ocupan edificios ilegales, que las autoridades derrumban, porque la ciudad sigue en expansión. ¿De quien son esas casas? De miembros del Gobierno, de los directivos de grandes empresas o de los magnates del carbón".
Entre las condiciones impuestas al artista en el momento de su liberación, se le impide ser entrevistado por periodistas, encontrar extranjeros, usar Internet y hablar con abogados, informa Reuters. A pesar de estas restricciones, Ai utilizó su cuenta en la red social Twitter para apoyar a los demás disidentes encarcelados.
"Pekín dice a los extranjeros que no pueden entender la ciudad. Los hombres de negocio que visten con traje y corbata como tu, dicen que somos iguales y que nosotros también podemos hacer negocios", escribió en por Newsweek magazine. "Pero violan nuestros derechos básicos".
Fuente: elpais.com
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