Ante el agravamiento de la crisis alimentaria desesperante por la que atraviesan los países del Cuerno de África, la ONU llamó al envío urgente de ayuda alimentaria a esta región para combatir este flagelo.
La alerta fue pronunciada el miércoles por la subsecretaria general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Valerie Amos, quien notificó que en Burkina Faso alrededor de 3.000.000 de personas requieren ayuda humanitaria.
Tras la visita de dos días al territorio bukinés, Amos señaló a los corresponsables la situación de casi tres millones de personas que corren peligro de muerte como consecuencia de la sequía en la región, hecho que desencadenó la crisis humanitaria desde el 2011.
Por ello, la también coordinadora de la ONU hizo un llamamiento a respaldar los esfuerzos del Gobierno ante la grave situación en las esferas de alimentos y nutrición, a la que se suma la tasa de 60.000 refugiados y desplazados procedentes del país vecino, Malí.
La funcionaria recalcó que la sequía y la subida de los precios de los alimentos obligaron a los lugareños a vender sus ganados y alertó que esta situación grave llegó a tal extremo que la gente se vio obligada a alimentarse de las semillas que habían reservado para la siembra del año venidero.
El pasado lunes, Amos junto a los miembros del gabinete de Burkina Faso emitió una solicitud de ayuda de 126 millones de dólares destinadas a diversas medidas en materia de alimentos, salud, agua, higiene y seguridad nutricional.
Amos, durante su estancia, visitó Ouagadougou, la capital, y las ciudades de Djibo, Mentao e Ingani, todas en el norte.
Burkina Faso, fronteriza con Malí al noroeste, es un Estado de África occidental carente de recursos naturales. Los pilares de la economía de este país africano están basados en la agricultura, la ganadería y la explotación de sus modestos yacimientos de manganeso, oro y piedra caliza.
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