Los restos de las últimas víctimas conocidas de los experimentos médicos nazi en Viena, un grupo de más de 60 personas, han recibido sepultura en el cementerio central de Viena finalmente.
Las víctimas eran en su mayoría pacientes psiquiátricos y personas con discapacidades mentales internadas en el hospital "Arm Steinhof" de Viena. Personas que, según los nazis, no merecían vivir.Una urna que contenía órganos y partes de cuerpos fue colocada en una pequeña tumba, flanqueda por flores. Un cuarteto de cuerdas interpretó música de Beethoven y Webern.
La más vieja tenía 86 años. La más joven, sólo cuatro. La mayoría eran originarias de Viena; otras eran de la ciudad de Hamburgo, en Alemania.
Por años, las muestras humanas fueron guardadas en hospitales de Viena. Entre ellas, cinco cerebros en frascos de vidrio.
"La dignidad humana debe ser respetada en todas las circunstancias. Los seres humanos tienen que tratarse en forma humana los unos a los otros. Estos crímenes terribles, ocurridos en Austria entre 1938 y 1945, son tan únicos que tenemos que decir nunca, nunca más", dijo.El presidente de Austria, Heinz Fischer, quien participó en la ceremonia, dijo que el sufrimiento de estas víctimas nunca debe ser olvidado.
El "Am Steinhof", hoy conocido como el hospital Otto-Wagner, fue uno de los centros de los experimentos médicos nazi.
Historiadores estiman que más de 7.500 pacientes perdieron la vida entre 1938 y 1945.
Algunos fueron víctimas de programas de eutanasia. Otros murieron por negligencia, hambre o porque se les infectó deliberamente con enfermedades.
Las muestras de cerebros y cuerpos habían sido usados para la investigación médica, no sólo durante la era nazi, sino por muchos años después de la guerra.
En 2002 los cerebros de cientos de niños, que fueron asesinados en el "Amn Spiegelgrund", el ala infantil del "Am Steinhof", fueron finalmente enterrados en Viena.
Habían sido mantenidos en frascos de vidrio por décadas.
Desde entonces, la ciudad se propuso localizar otras muestras.
Éstas han sido sepultadas ahora al lado del terreno donde se encuentran los cerebros de los niños del Am Spiegelgrund y miembros de la resistencia austriaca ejecutados por los nazis.
"Para recordar y conmemorar, esto es lo que podemos hacer por las víctimas. Y para enfrentar el pasado", dijo el alcalde Viena, Michael Haupl.
Las autoridades esperan que esta ceremonia ayude a cerrar uno de los capítulos más oscuros de la historia de Viena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario