Las autoridades brasileñas aplican a partir de hoy normas más rígidas para la admisión de turistas españoles en reciprocidad con los requisitos que España exige a los brasileños para acceder a los países del espacio Schengen.
Las medidas pueden ser aplicadas a los españoles que quieran entrar en Brasil por tierra, mar o aire, pero especialmente en los aeropuertos de Sao Paulo y Río de Janeiro, los principales con vuelos directos hacia y desde España.
Los turistas españoles no necesitan visado para entrar en Brasil, pero con estas normas deben, en caso de que se les pida, presentar ante la Policía Federal un billete de regreso con fecha confirmada. Las normas, que en febrero fueron notificadas al Consulado General de Brasil en España y a las autoridades españolas, señalan además que el turista debe portar un pasaporte con validez mínima de seis meses y demostrar que dispone de recursos económicos para mantenerse en el país.
El valor mínimo exigido es de 170 reales diarios (unos 70 euros), que el turista deberá probar mediante la presentación de una tarjeta de crédito y del último extracto de su cuenta, así como la reserva de hotel pagada o garantizada. En caso de que vaya a hospedarse en casa de un particular residente en Brasil, deberá presentar una carta de invitación con firma reconocida ante notario y comprobante de residencia de quien le invita.
El Gobierno alega que esas exigencias se hacen por reciprocidad porque España aplica con más rigor que otros países las normas del acuerdo de Schengen.
En la década pasada hubo una fuerte corriente migratoria de brasileños a España atraídos por la bonanza económica, y el país sigue siendo una de las principales puertas de entrada a la Unión Europea. Muchos brasileños han permanecido en España, donde se calcula que unos 50.000 están ilegales. Hace cuatro años se produjo un conato de crisis diplomática por el alto número de brasileños rechazados en Barajas y se creó un grupo binacional a nivel consular que sigue permanentemente el asunto.
Sin embargo, la aplicación de la reciprocidad se produce pese a que el número de no admitidos en las fronteras españolas ha bajado. Según datos de la embajada de España, en 2007 se le negó el ingreso a 3.134 brasileños (1,78% del total), cifra que disminuye año tras año. Los no admitidos en 2008 fueron 2.842, equivalentes al 1,70%; en 2009 fueron 1.994 personas (1,68%); en 2010 fueron 1.831, que corresponden al 1,29%, y en 2011 fueron 1.429, es decir el 1,07% del total.
Proporcionalmente son más los brasileños no admitidos en el Reino Unido que en España, pero algunos "errores administrativos", como la negación de la entrada en Barajas a una científica brasileña que cumplía todos los requisitos, hacen que el caso tenga mayor resonancia, según autoridades consulares.
"Preocupa que las excelentes relaciones que hay entre los dos países puedan empañarse por un tema puramente administrativo y sin fundamento real porque los casos que no han debido producirse son mínimos", dijo a Efe el cónsul general de España en Río de Janeiro, Alfonso Palazón. El diplomático aseguró que "ni a España ni a Brasil le interesa que haya una escalada de inadmisiones pues unos y otros se benefician del turismo".
La semana pasada, una misión española de alto nivel se reunió con autoridades brasileñas para intentar evitar problemas con los turistas y se acordó una comunicación permanente entre los dos países y que los consulados estén informados si se presentan casos de no admitidos sin motivo.
Brasil ha señalado que la mayor rigidez en los requisitos de entrada se aplicará solo aturistas españoles y no a los demás ciudadanos de países del espacio Schengen.
Debido a la crisis, en los últimos meses se ha incrementado el número de españoles que llegan a Brasil en busca de oportunidades de trabajo por el buen momento del país suramericano.
Fuente: vanguardia.com
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