El canciller ruso, Serguei Lavrov, ha vuelto a enfatizar en la postura de su país contraria a la aplicación del capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas contra Siria que permite al Consejo de Seguridad autorizar acciones que van desde sanciones diplomáticas y económicas hasta la intervención militar.
"Para nosotros es evidente que para detener la violencia hay que obligar a todas las partes beligerantes a cesar de manera simultánea las acciones militares y a retirar de las ciudades el armamento pesado y todos los efectivos armados", ha sostenido el titular ruso de Asuntos Exteriores hoy lunes en una rueda de prensa.
Al término de un encuentro mantenido con el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Liga Árabe (LA) para Siria, Kofi Annan, el jefe de la diplomacia rusa ha insistido en la extensión de la misión del monitoreo de los observadores internacionales por un periodo de tres meses y bajo el control de ellos mismos.
Lavrov ha hecho hincapié en que su país se opone a cualquier proyecto de resolución del Consejo de Seguridad que tenga un carácter antisirio, ha estimado que Moscú vetará todo lo que contravenga con los consensos de la Conferencia de Ginebra [que se desarrolló el pasado 30 de junio sobre el país árabe].
“Es inaceptable el uso de los observadores de la misión de la ONU como moneda de cambio”, ha manifestado el alto cargo ruso en alusión a los países occidentales que han condicionado la extensión de la misión de los observadores al consentimiento de Rusia para aplicar el capítulo VII de la Carta de la ONU.
El mediador internacional de la ONU, Kofi Annan, que se encuentra en Moscú tiene previsto negociar su propuesta con las autoridades rusas.
La iniciativa del enviado especial de la ONU propone el cese de la violencia de todas las partes implicadas, el envío de ayuda humanitaria y el inicio de diálogos entre los sectores involucrados en el conflicto.
Fuente: hispantv.com
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