El soldado estadounidense Calvin Gibbs acusado por el brutal asesinato de tres civiles desarmados en Afganistán en 2010 fue condenado hoy a cadena perpetua, según informó la cadena de noticias CNN.
Gibbs, considerado el líder de un grupo de cinco soldados, fue hallado culpable de la masacre perpetrada por puro instinto asesino, según la acusación. Los civiles afganos fueron asesinados con fusiles y granadas, y después se les cercenaron los dedos para conservarlos como "trofeo".
Hasta la fecha ya ha pasado 547 días en prisión, que se le contabilizarán como parte de la pena. Gibbs, el militar de mayor rango del grupo conocido como "Kill Team" en los medios estadounidenses, tuvo que responder por sus actos ante un tribunal militar en la base militar de Lews-McChord en el estado federado de Washington.
El jurado lo declaró culpable tras cuatro horas de deliberaciones. Los asesinatos tuvieron lugar entre enero y mayo de 2010 en la provincia afgana de Kandahar, donde el joven de 26 años, operaba junto a los demás inculpados como soldado de infantería.
En el juicio, el efectivo militar sostuvo haber matado sólo a uno de los afganos en defensa propia. Después reconoció sin embargo haber cortado los dedos a los cadáveres, para "regalárselos" a otros soldados o para "intimidar" a compañeros con los que no tenía buenas relaciones. El condenado es el único miembro del grupo que se sometió a un proceso militar. Otros tres se declararon culpables a cambio de beneficios penales, dos de ellos testificaron también contra Gibbs. El juicio contra el quinto inculpado está pendiente.
Fuente: tercera.com
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