lunes, 12 de septiembre de 2011

El despilfarro bélico de EE.UU. arrastra al mundo a la recesión.

Mientras los estadounidenses conmemoraban el décimo aniversario de los ataques del 11 de septiembre, siguen luchando con una economía que mantiene atrapados a muchos trabajadores.
Una cifra particularmente preocupante: pese al crecimiento de la población en la última década, el número de estadounidenses con empleo fue menor en agosto del 2011 -131,13 millones- de lo que fue en septiembre del 2001, cuando se mantuvo en 131,52 millones.
Algunos analistas sostienen que el gasto en las guerras que siguieron a los atentados contribuyó considerablemente a deteriorar el panorama fiscal que ahora impide que se adopten medidas de estímulo más sustanciales para frenar una potencial recesión.
Un estudio de la Universidad Brown publicado a principios de este año puso el costo total de las guerras en Irak y Afganistán cercanas a 4 billones de dólares, casi 10 veces el tamaño del paquete que Obama propuso la semana pasada para impulsar el crecimiento del empleo.
En vista de la percibida escasez de opciones fiscales, los mercados ya han dado ampliamente por descontado la probabilidad de que la Fed tome algunas medidas en su encuentro del 20 y 21 de septiembre, probablemente mediante un esfuerzo para poner presión a la baja en las tasas de interés de largo plazo.
En lo que respecta al plan de empleo de Obama, las reacciones fueron mixtas: la caída de 300 puntos del Dow Jones el viernes no fue exactamente un voto de confianza.
El nerviosismo se debe parcialmente a preocupaciones de que los planes que se ofrecen sean algo más de las mismas políticas que han fracasado en impulsar el crecimiento, combinadas con la inquietud de que los republicanos en el Congreso puedan bloquear muchas de las medidas.
Fuente: yahoo.com

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