La Policía paquistaní ha acusado de asesinato y negligencia a los propietarios de la fábrica textil de la ciudad de Karachi cuyo incendio provocó cerca de 300 muertos, según un responsable policial de Karachi, Mohammed Nawaz.
La Policía reconoció que de momento no se ha podido arrestar a los propietarios, identificados como Abdul Aziz y sus hijos Shahid y Arshad.
Los equipos de rescate continúan extrayendo cadáveres del inmueble siniestrado, que amenaza con derrumbarse por el efecto de las llamas que arden desde el martes por la noche y que a mediodía de hoy (hora local) no habían sido extinguidas completamente.
Trabajadores de la fábrica textil, llamada Alí Enterprises, relataron ayer ante las cámaras como los propietarios ordenaron, tras observar la magnitud del incendio, que se salvara la maquinaria antes que a los trabajadores.
Precisamente las máquinas de coser sirvieron a algunos operarios para romper las ventanas que eran la única vía de salida del inmueble en llamas, donde se vivieron momentos dramáticos, con personas arrojándose desde gran altura para salvar la vida.
Un magistrado del Tribunal Superior de Sindh -provincia cuya capital es Karachi- ha iniciado una instrucción del caso y el Gobierno regional también ha nombrado una comisión investigadora encabezada por un juez.
El siniestro, el peor desastre industrial de la historia de Pakistán, ha levantado críticas en los medios locales por los pocos recursos de los bomberos y por la corrupción política que consiente el desprecio de los empresarios por la salud de sus trabajadores.
Fuente: elmundo.es
La Policía reconoció que de momento no se ha podido arrestar a los propietarios, identificados como Abdul Aziz y sus hijos Shahid y Arshad.
Los equipos de rescate continúan extrayendo cadáveres del inmueble siniestrado, que amenaza con derrumbarse por el efecto de las llamas que arden desde el martes por la noche y que a mediodía de hoy (hora local) no habían sido extinguidas completamente.
Trabajadores de la fábrica textil, llamada Alí Enterprises, relataron ayer ante las cámaras como los propietarios ordenaron, tras observar la magnitud del incendio, que se salvara la maquinaria antes que a los trabajadores.
Precisamente las máquinas de coser sirvieron a algunos operarios para romper las ventanas que eran la única vía de salida del inmueble en llamas, donde se vivieron momentos dramáticos, con personas arrojándose desde gran altura para salvar la vida.
Un magistrado del Tribunal Superior de Sindh -provincia cuya capital es Karachi- ha iniciado una instrucción del caso y el Gobierno regional también ha nombrado una comisión investigadora encabezada por un juez.
El siniestro, el peor desastre industrial de la historia de Pakistán, ha levantado críticas en los medios locales por los pocos recursos de los bomberos y por la corrupción política que consiente el desprecio de los empresarios por la salud de sus trabajadores.
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