La muerte del dictador de Corea del Norte no cambiará nada. Así lo ha advertido Pyongyang este viernes a través de la agencia oficial, indicando que la política del nuevo líder supremo, Kim Jong Un, será igual que la de su padre.
"Declaramos solemnemente y especialmente a los estúpidos responsables políticos del mundo y a los fantoches de Corea del Sur, que no deben esperar ningún cambio por nuestra parte", ha aseverado la Comisión de Defensa Nacional en un comunicado.
Además, el país comunista, que ayer cerró los actos funerarios en honor del dictador Kim Jong-il, amenazó con "no entablar relaciones" con el Gobierno conservador surcoreano presidido por Lee Myung-bak.
Es el primer comunicado de Corea del Norte tras los 13 días de luto oficial decretados por Pyongyang por la muerte del líder y, según la agencia Yonhap, podría representar la futura orientación política del régimen comunista con respecto a la vecina Corea del Sur y a sus aliados.
La Comisión Nacional de Defensa, que remitió el despacho, es, según la Constitución del Corea del Norte, el máximo órgano rector de su ejército, que cuenta con 1,1 millones de soldados, y el que gestiona los asuntos militares en el país totalitario.
Decenas de miles de soldados y civiles norcoreanos se dieron cita ayer en Pyongyang junto a autoridades del Partido de los Trabajadores y del ejército para oficiar un memorial en honor de Kim Jong-il, en el que se proclamó a su tercer hijo, Kim Jong-un, "líder supremo" del país comunista.
Los discursos pronunciados durante el acto por el número dos del régimen, Kim Yong-nam, y por el general Kim Jong-gak apuntaron a que que el sucesor cuenta con el apoyo total de las Fuerzas Armadas y que su gobierno podría seguir la línea de "el ejército primero" implementada por su padre, que gobernó el país durante 17 años. Con esto ya está claro quien realmente manda el el país.
Fuente: elmundo.es
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