Con motivo del asesinato de 2 agentes de la Policía de Investigaciones 500 efectivos invadieron las calles de Santiago de Chile con decenas de sirenas sonando por doquier. Los funcionarios con los rostros desencajados por la tensión y las armas desenfundadas corrían de diestra a siniestra sembrando el temor en la población, a pesar de los llamados a la calma instruidos por el Alto Mando de la Institución.
¡Hay que revisar los procedimientos!
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